Debido a la mayor flotabilidad del agua y menor gravedad, soportamos menos peso y por consiguiente menos impacto en las articulaciones, lo que permite que no haya prácticamente lesiones.

El uso de la natación como ejercicio terapéutico es el más prescrito por los médicos, ya que la implicación de prácticamente todos los músculos del cuerpo hace que sea especialmente recomendada para fortalecerlos o rehabilitarlos, viéndose en gran manera beneficiada la espalda y todas las patologías que acarrea: dolores en general, hernias, lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, contracturas, etc.

La natación es un ejercicio aeróbico que se realiza durante un periodo de tiempo prolongado, lo que incide positivamente en el sistema pulmonar, la capacidad aeróbica y el sistema cardiovascular, mejorando todas las patologías metabólicas (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, hiperuricemia, etc.)

Durante la práctica de la natación se aumenta la frecuencia cardiaca manteniéndola de forma constante, lo que hace que el consumo de grasa sea mayor y favorezca la pérdida de peso en los programas de adelgazamiento.

El hecho de que sea un ejercicio continuado y se practique en un medio ingrávido, produce una gran relajación y hace que sea ideal para eliminar el estrés, aumentar el nivel de endorfinas y provocar una sensación de calma, equilibrio psíquico, cansancio agradable y bienestar.