¿Es bueno realizar ejercicio de fuerza?
Durante mucho tiempo el ejercicio aeróbico (correr, bicicleta, nadar, elíptica, etc.) ha sido el rey en todos los programas de entrenamiento, y sobre todo, en aquellos que buscaban la pérdida de peso. Este tipo de entrenamiento es excelente y cumple una gran función, pero por sí solo no es suficiente. Para mantener una buena salud, una buena imagen y minimizar el envejecimiento, es necesario que entrenes tu fuerza, siendo esto tan importante o más que el entrenamiento aeróbico.
Cómo entrenar la fuerza
El ejercicio de fuerza se puede realizar mediante el movimiento de pesas, entrenando en máquinas de tonificación o aprovechando tu propio cuerpo y tu propio peso. En definitiva, todo lo que ofrezca una resistencia al movimiento.
Está demostrado que el entrenamiento de fuerza es bueno realizarlo a cualquier edad, desde que eres joven hasta que eres mayor, si además está prescrito por profesionales, realizado de forma correcta, y adaptado a la condición física personal, te proporciona una excelente condición física.
-Por cierto, ¿sabías que en tu cuerpo hay aproximadamente 639 músculos?.-
Mayor consumo calórico
Para nuestro organismo, mantener vivos sus músculos es bastante más costoso y le requiere más energía que mantener otros órganos, por lo tanto, cuanto más musculados estemos, mayor número de calorías consumimos incluso estando en reposo, debido al aumento del Metabolismo Basal.
El ejercicio de fuerza favorece el crecimiento de la grasa parda o tejido adiposo marrón, el cual, al activarse, genera calor corporal en base a quemar grasa blanca, que es la que tenemos en los michelines.
También ocurre que, cuando realizamos un entrenamiento de fuerza de alta intensidad, en tu organismo ocurren una serie de alteraciones físico-químicas además de una deuda de oxigeno, la cual perdura en el tiempo incluso una vez terminado el ejercicio (EPOC), lo que ocasionará que para restablecer de nuevo el equilibrio (homeostasis), sigas quemando energía durante las horas posteriores al ejercicio.
Previene lesiones y mejora la postura
El entrenamiento de fuerza, al mejorar nuestra masa muscular, hace que podamos hacer frente de forma exitosa a todas las actividades diarias. Una musculatura desarrollada, además de ser una excelente coraza que protege nuestros órganos ante las caídas, los golpes y las sobrecargas, aporta simetría a nuestro cuerpo en base a la mejora de los músculos estabilizadores, y por lo tanto, hace que tengamos una postura correcta. Esto incide lógicamente en un menor número de patologías, especialmente en articulaciones y en la columna vertebral.
Hipertrofia y entrenamiento de fuerza
A medida que entrenamos de forma continuada, mayores fibras musculares se movilizan. Si además, prolongamos esto durante mucho tiempo y se realiza con un aumento progresivo de las cargas, comenzarán a aparecer los signos de hipertrofia. Este hecho se produce con mayor facilidad en hombres que en mujeres, dado el mayor nivel de testosterona que poseen.
A veces, y sobre todo en las mujeres, existe la falsa creencia que de que si entrenan con pesas se pondrán exageradamente fuertes y musculadas. Esto no es así, y de producirse, no es tan fácil y solo ocurriría si su entrenamiento fuese hecho a conciencia, llegando al límite al mover grandes pesos, a diario y durante mucho tiempo, lo que no va a ocurrir excepto que se persiga de forma voluntaria, y además se complemente con una alta ingesta de proteínas.
Evita el deterioro de la edad
El entrenamiento de fuerza mejora la propiocepción, es decir, la capacidad para percibir la posición de tus músculos y de ti en el espacio, algo que con la edad se va perdiendo. También, al pasar los 30 años de edad aparece un fenómeno llamado sarcopenia o desaparición de la masa muscular, especialmente las fibras de contracción rápida. Esto ocurre cuando no se realiza un entrenamiento continuado de la fuerza y se favorece el sedentarismo, por lo tanto, ya debes tener claro cuál es la mejor receta para evitar este deterioro paulatino y la progresiva inmovilidad. Independientemente de la edad, a mayor entrenamiento mejor musculatura y mejor condición física, de hecho, es el mejor tratamiento antievejecimiento posible.
Combate la osteoporosis
Es evidente que si nuestro sistema musculo esquelético no recibe estímulos constantes a través del movimiento y las cargas, además de disminuir nuestros músculos , también se va a producir un deterioro y disminución en la densidad de nuestros huesos apareciendo la osteoporosis, algo habitual en hombres de edad avanzada, pero mucho más en mujeres. Esto trae consigo una pérdida importante en la calidad de vida, debido al empobrecimiento óseo y la consiguiente fragilidad del esqueleto, lo que hace que se produzcan fracturas con mucha facilidad.
Está demostrado que el entrenamiento de la fuerza no solo realiza una labor preventiva importante de la osteoporosis, evitando la degradación progresiva, sino que también ayuda en su rehabilitación y estabilización.
Mejora la diabetes
Para las personas que padecen de diabetes, este tipo de entrenamiento es ideal, ya que con el entrenamiento de la fuerza se consigue una mejora notable de la sensibilidad frente a la insulina. De esta forma se aprovecha con normalidad el azúcar existente en la sangre, se controla mejor la enfermedad y aumenta la calidad de vida en este tipo de enfermos.
Mejoras de patologías cardiacas
Los ejercicios de fuerza prescritos por especialistas y por profesionales del ejercicio, enlos que se realizan entrenamientos específicos y personalizados, hacen que se produzca una gran mejora en este tipo de personas, ya que favorecen y mejoran sus capacidades para realizar las actividades diarias, disminuyen el cansancio , evitan que se produzca un sobreesfuerzo cardiovascular y una discapacidad progresiva.
Aumento del nivel fisiológico
Por último, y como resumen de los beneficios, deciros que nuestros músculos por si solos ya forman un gran órgano endocrino, por lo que cuando entrenamos no dejan de enviar mensajes al cerebro. Además, liberan las llamadas mioquinas, que son unos compuestos que producen numerosos beneficios en todos los órganos del cuerpo, regulando el metabolismo, reduciendo la inflamación, mejorando la sensibilidad a la insulina, el fortalecimiento de los huesos, favoreciendo al sistema inmune, despertando la capacidad cognitiva, y también favoreciendo el efecto lipolítico.
Conclusión final
Consideramos importante realizar ejercicio aeróbico pero nunca como entrenamiento exclusivo, ya que es fundamental favorecer el entrenamiento de la fuerza si queremos mejorar realmente nuestra condición física y el estado de salud.
Si entrenamos 5 días a la semana, sería una proporción correcta dedicarle 2 días al entrenamiento aeróbico (correr, bicicleta, natación, elípticas, pádel, etc), y tres días al entrenamiento de tu fuerza, encontrando para ello mucha facilidad si asistes a un buen gimnasio, donde la calidad y cercanía de sus técnicos, el gran numero de máquinas y posibilidades, y sus amplias instalaciones, harán que además de entrenar disfrutes. Tu corazón, tus pulmones, tus músculos y todo tu cuerpo te lo agradecerán. ¡Te esperamos!